viernes, 20 de enero de 2017

Mezquita Azul


La mezquita azul de Estambul también conocida como Mezquita del Sultán Ahmet está situada en la cuidad de Estambul frente a la conocidísima Basílica de Santa Sofía. Esta no consigue desvirtuar la belleza de la Mezquita que se caracteriza por la única mezquita en todo Estambul que se corona con seis minaretes. Es una de las mejores síntesis entre la arquitectura otomana y las formas arquitectónicas del arte islámico  tradicional y su construcción está considerada como la última gran obra del arte romano.

Las obras se llevaron a cabo entre 1609 y 1617. El sultán Ahmet I ordenó levantar la construcción con la intención de aplacar la ira de Alá debido a la sucesión de derrotas que había encadenado su ejército safávida. La mezquita azul sería la primera mezquita imperial en levantarse tras casi cuarenta años de inactividad y desde luego, fue la primera en construirse no con los botines de la guerra sino con el dinero de las arcas municipales lo que levantó una gran polémica.
El sultán decidió levantar la mezquita justo en frente de la conocida Basílica de Santa Sofía que hasta entonces estaba considerada la mezquita más destacada de todo Estambul. Para ello hubo de derribarse el hipódromo romano de la cuidad, lo que ocasionó aún más gastos. La obra fue encargada al arquitecto Mehmet Aga apodadado Sedefka, mano derecha del conocido Sinan; logró plasmar en el exterior de la Mezquita Azul el mismo esplendor que Sinan otorgaba a todas sus obras, pero no logró recrear el esplendor con la que su maestro construía los interiores de las mezquitas.
Pese a su trazado irregular, el arquitecto ha logrado establecer un conjunto armónico; en el exterior el edificio se presenta como una sucesión de cúpulas escalonadas que crecen hasta llegar a la gran cúpula central. En la concepción del edificio y en el sistema de soporte se hace evidente la influencia de Sinan tuvo en su discípulo. Las dimensiones del templo son gigantescas, el patio presenta el mismo tamaño que la sala de oración y, según cuenta la leyenda las existencias de piedra y mármol de las principales canteras de la zona se agotaron en su construcción.

El nombre de Mezquita Azul viene precisamente del fastuoso interior del templo que se encuentra revestido con más de veinte mil azulejos azulados fabricados en los talleres del palacio, al igual que los cientos de metros de alfombras que se tejieron en los tejedores imperiales y los cristales de las lámparas de aceite que fueron traídos del extranjero. Sus formas se combinan para representar un amplio repertorio de decoración vegetal que asciende hacia las cúpulas.
En su época se consideró que la Mezquita Azul sería demasiado fastuosa debido a la construcción de seis minaretes, ya que por aquel entonces la única mezquita que contaba con tal número de alminares era la Mezquita de la Kaaba situada en la Meca.

El recinto mezquita tiene tres puertas en la plaza de Sultán Ahmet (el antigua hipódromo bizantino) y tres puertas a lo largo de la pared noreste. Las dos puertas laterales de la plaza se construyen con pabellones por encima de la puerta. Entre las tres puertas hacia el noreste, la más septentrional que lleva al complejo madraza-mausoleo, mientras que las dos restantes se abren a un sitio grande donde la primera Universidad Otomana fue construida. En el lado norte, debajo del patio interior, encontramos las fuentes de abluciones (fuente situada en el patio o en el atrio antes de iglesias antiguas o en las iglesias orientales para lavarse antes de entrar).
En el centro del patio se encuentra un magnífico Sardivan, fuente de abluciones, de forma hexagonal con seis columnas de granito que forman el peristilo, siete a un lado y ocho al otro, hay construidas treinta pequeñas cúpulas. En el lado sureste del palacio se construyó una rapa para que el Sultán pudiera llegar hasta su pabellón.  La entrada principal de la sala de oración es desde el patio y hay otras dos entradas laterales secundarias. El interior es amplio y abierto, con un enfoque en torno a la cúpula central de altura. La cúpula se asienta sobre pechinas realizadas en cuatro pilares colosales o “patas de elefante”. El espacio se extiende por el uso de semi-bóvedas y contrafuertes que trasfieren las cargas laterales a los muelles fijados en el interior de las paredes, siendo la planta rectangular.

La Müezzin Mahfili que es una copia de La Meca, está situado delante del mimbar, una especie de púlpito, que es bello ejemplo de la escultura otomana; se encuentra al lado del mihrab traído de la Kaaba, ciudad sagrada de los musulmanes. En la parte izquierda se encuentra la Hünkar Mahfili o galería imperial, lugar en donde rezaba el sultán. Excepto en la pared de la Kibla, en las potras paredes se abren tres galerías dedicadas al uso de las mujeres y a las reuniones religiosas. Al noreste de la mezquita se halla el gran Türbe, mausoleo cuadrado con un patio delante, construido por el Sultán Osman II hiji de Ahmet I. el pabellón real se encuentra en la esquina sureste, consta de una plataforma, una logia y dos pequeñas habitaciones reservadadas, a través de ellas, se accede a la sala real de la galería superior sureste de la mezquita. La sala real cuenta con diez columnas de mármol y su propio Mirab, decorado en el pasado con una rosa de jade y oro y cien Coranes sobre atriles dorados y con incrustaciones.


Por último, las caligráfias que rodean y decoran  la cúpula. Las semicúpulas y las columnas contienen versículos coránicos y sentencias del profeta Mahoma.








Espero que os guste.

jueves, 19 de enero de 2017

Rober Astorgano




Buenos días,
hoy os vengo a presentar a Rober Astorgano un fotógrafo social y periodístico.

Os cuento un poco de él: es de aquí, La Rioja, se licenció en Ciencias Ambientales; poco después viajo a varios lugares y tras vivir en varios países se estableció en Barcelona y estudió fotografía documental y reportaje, y también de moda.
Ahora además de dedicarse a la fotografía, también imparté cursos y talleres relacionados con su ámbito.
Tiene trabajos realmente interesantes que podéis ver en su página http://www.roberastorgano.com/.

Y como primicia os traigo una entrevista con él; espero que os guste.

Después de haber estudiado ambientales, ¿cómo empezaste a interesarte por
la fotografía?, ¿Cuál fue tu fuente de inspiración; sigue siendo hoy la
misma?, ¿si te ofrecerían hoy un trabajo relacionado con ambientales lo
aceptarías?


"Lo cierto es que siempre estuve interesado por la fotografía, desde bien pequeño tenía mi propia cámara de fotos y me encantaba hacer fotos de todo. Había hecho algún curso y algún taller de iniciación de fotografía pero nunca me lo había planteado de modo profesional. Siempre ha sido mi afición, y poco a poco se fue convirtiendo en algo más, en una pasión.

Mi otra gran pasión siempre ha sido viajar, explorar nuevos lugares y retratar toda la belleza que me encontraba en mis viajes, y me fui dando cuenta que me encantaba contar historias a través de mis imágenes, historias de las personas que conocía y de los lugares que descubría.
Pero recuerdo que fue en Paris cuando se produjo ese click que cambió mi concepto e hizo que me decidiera a estudiar fotografía y tomármelo de forma profesional. Durante mi estancia en esta ciudad fui a visitar la Fundación Cartier-Bresson, y allí descubrí una exposición de Joan Colom sobre el barrio del Raval de Barcelona. Aquellas fotografías con esa mirada tan especial despertaron algo en mi, y decidí comenzar mis estudios fotográficos en Barcelona, y de hecho, mi primer proyecto documental lo hice sobre un personaje de ese emblemático barrio que descubrí de la mano de Joan Colom.

Hoy en día la fotografía, que es mi gran pasión, es mi modo de vida, y aunque es difícil y costoso vivir de ello, sobre todo en el ámbito de la fotografía documental y el fotoperiodismo, estoy encantado de poder hacerlo.

En cuanto a lo relacionado con Ciencias Ambientales, después de licenciarme trabajé en una oficina en Madrid durante 2 años, y me di cuenta que no era para mi, mi propia naturaleza no me permite estar encerrado en una habitación durante 8 horas al día, necesito explorar, descubrir… Ahora estoy centrado sólo en la fotografía, por lo que no lo pienso, posiblemente un trabajo de campo de ambientales lo aceptaría, la naturaleza y la protección del medio ambiente sigue siendo algo muy importante para mi, pero nunca dejaría la fotografía, porque como te digo es mi pasión, es parte de mi, si me quitan la cámara es como si me quitaran la misma mano."



- De todo tus proyectos, ¿cuál fue el que más te motivo hacer y con cuál
fue el que más satisfecho quedaste con el resultado?


"Creo que con el que me siento más satisfecho personalmente es con “Rube”, que fue mi primer proyecto documental y constituyó para mi un gran proceso de aprendizaje y de superación. El trabajo relata la vida de Rubén, un argentino que lleva trabajando más de 20 años como Drag Queen en “El Cangrejo”, un bar con esencia de cabaret y más de 100 años de historia que se encuentra en el barrio del Raval de Barcelona. Con este trabajo, además de la vida del personaje, también quería mostrar la realidad de este emblemático barrio de Barcelona, que como decía antes conocí de la mano de las fotografías de Joan Colom. El adentrarme en la intimidad de una persona, en un principio desconocida para mi, para poder contar su historia a través de mis imágenes, fue todo un reto que quería, y debía, superar.
En cuanto al resultado estoy muy contento, porque creo que conseguí mi objetivo.

Quizás ahora, mejoraría algunas cosas, sobre todo de la parte que hice de video, ya que es lo primero que hacia en este formato, pero en general, estoy contento con el trabajo y le tengo mucho cariño, además de que aprendí mucho de Rubén, que ahora es mi amigo. Pero es normal, y bueno, que siempre queramos mejorar nuestro trabajo; me acuerdo de un profesor que decía que había que pensar que nuestra mejor fotografía todavía estaba por hacer."





- ¿Cómo surgió Fotomovimiento?, ¿me podrías describir un poco el inicio de
Fotomovimiento?.


"Fotomovimiento es un colectivo de fotógrafos que nació en la Plaza Catalunya de Barcelona durante el Movimiento 15M. Surgió al calor de este movimiento social, por el afán de un grupo de fotógrafos y aficionados a la fotografía de documentar lo que estaba ocurriendo en ese momento histórico, ya que los grandes medios de comunicación no lo cubrían o no mostraban la realidad de lo que allí estaba sucediendo, porque no interesaba. Comenzó como la comisión de Audiovisuales de la Acampada de la plaza, y más tarde se formó como Fotomovimiento. Por eso el colectivo siempre ha tenido un carácter social y activista, con el objetivo de contar la realidad sin ningún tipo de censura."


- ¿Qué próximo proyecto te gustaría realizar, sobre qué y cómo?

"El próximo proyecto que tengo en mente es en México. La idea es documentar la migración de países centroamericanos hacia Estados Unidos, concretamente en el trayecto que realizan en trenes para atravesar México, desde la frontera sur hasta la frontera norte. Me gustaría centrarme en “Las Patronas”, que son un grupo de mujeres que se dedican a cocinar y a repartir alimentos a las personas migrantes que viajan en estos trenes. Si todo va bien, espero empezar con el proyecto en marzo."

- ¿Me podrías dar algún consejo, alguna recomendación, ... para la gente
que quiera aprender o dedicarse a la fotografía?

"Yo lo que creo es que si realmente quieres dedicarte a ello, lo tienes que hacer poniendo toda tu energía y no desistir, porque es duro y difícil, pero se puede conseguir si pones empeño, porque si realmente te gusta lo que haces, si te apasiona, hay que seguir con ello. Pienso que en esta vida hay que perseguir tus sueños. Lo que recomiendo es no tener miedo a hacer fotos, ni a enseñarlas, que muchas veces se tiene miedo de enseñar tus fotografías por pensar que no son lo suficientemente buenas. Hay que creer en tus proyectos, ser creativo y por supuesto ponerle el máximo esfuerzo.
También es fundamental ver muchas fotografías, acostumbrar nuestra vista a las imágenes, ir a muchas exposiciones y detenerte a analizar las imágenes, aprender de otros fotógrafos."


- ¿ Cuál es la parte más gratificante de cuando te vas a otros países ha
hacer fotos de los refugiados, etc.?



"Lo que más me ha gratificado es el hecho de saber que mi trabajo, que mis fotografías, están contribuyendo a mover conciencias, aportando algo para poder cambiar este mundo cruel e injusto. Como decía Eugene Smith; “La fotografía podría ser esa tenue luz que modestamente nos ayudara a cambiar las cosas”, y realmente lo creo.

En el caso de los refugiados quiero que a través de mis imágenes se puedan ver las historias que reflejan, el sufrimiento de tantos miles de personas que huyen del horror y se encuentran con otro infierno. En general, en mis fotografías quiero reflejar la realidad de lo que está sucediendo, que la gente se de cuenta de lo que está pasando, con el propósito de denunciar las injusticias. Por eso, el saber que tus fotografías han logrado que gente de un lado del mundo se entere de las situaciones que se están viviendo en el otro, o que alguien te llame diciendo que quiere ir de voluntario a ayudar porque le ha impactado lo que ha visto en ellas, es lo más gratificante que te puede pasar. Como digo, saber que tu trabajo sirve para algo, que está contribuyendo a cambiar un poco este mundo."










Espero que os haya gustado.

sábado, 7 de enero de 2017

Henri Cartier-Bresson



Aquí os presento a uno de los padres de las fotografías reportajes o periodísticas:
"(Chanteloup-en-Brie, 1908 - Montjustin, 2004) Fotógrafo francés."

Henri Cartier-Bresson fue un francés que elevó las “instantáneas” a la categoría de arte. Su afilada habilidad para captar el “momento decisivo”, su ojo preciso para la composición, su manera de trabajar, y sus comentarios sobre la teoría y la practica de la fotografía le hicieron una figura legendaria entre los fotoperiodistas contemporáneos.

Su obra, y su manera de llevarla a cabo, han ejercido una profunda y extensa influencia. Sus imágenes fueron publicadas en vida en las principales publicaciones del mundo por más tres décadas, y las copias de sus fotografías han colgado en los principales museos de Europa y Estados Unidos (fue el primer fotógrafo en exhibir su obras en el Louvre). Fue también uno de los fundadores y presidente de la Agencia Magnum.

Henri Cartier-Bresson nació en 1908, en Chanteloupe, Francia, dentro de una familia de clase media prospera. De pequeño poseyó una Box Brownie que utilizaba para capturar instantáneas en vacaciones, y después experimentó con una cámara de formato 3×4. También estuvo interesado en la pintura, y estudió durante dos años en un estudio de pintura en Paris. Este entrenamiento en el arte le ayudó a desarrollar un sutil y sensible ojo por la composición, lo cual fue uno de sus mayores logros como fotógrafo.

En 1931, a la edad de 22 años, Cartier-Bresson pasó un año cazando en el Oeste de África. Debido a unas fiebres que contrajo allí, tuvo que volver a Francia para recuperarse. Fue en esa época, en Marsella, que descubrió verdaderamente la fotografía. Consiguió una Leica y comenzó a realizar fotos con ella. Fue un momento de inflexión en su vida, un nuevo mundo, una nueva manera de ver las cosas: espontánea e impredecible, abierta a él a través del pequeño rectángulo del visor de una 35mm. Su imaginación se disparó. Cartier recuerda como “paseaba todo el día por las calles determinado a captar la vida en el acto de vivir”.

Así comenzó una de las más fieles colaboraciones entre hombre y máquina en la historia de la fotografía. Permaneció fiel a su cámara de 35 mm a lo largo de toda su carrera. La velocidad, movilidad, el gran número de exposiciones por carga, y, sobre todo, el tamaño tan discreto que encajaba perfectamente con su personalidad tímida fue lo que le impulso a usar este formato de cámara. No pasó mucho tiempo antes de que controlara de manera automática los controles como un experto. La cámara, como una vez dijo, se convirtió en “una extensión del ojo”.

Cuando estalló la Segunda Guerra Mundial, Cartier-Bresson sirvió brevemente en el Ejercito Francés y fue capturado por los alemanes durante la Batalla de Francia. Después de dos intentos sin éxito, escapó del campo donde estaba retenido como prisionero de guerra, y trabajó con la resistencia hasta el final de la guerra.

Después de la guerra retomó su interrumpida carrera como fotoperiodista y ayudó a formar la agencia Magnum en 1947. Junto con Rober Capa, David Seymour, George Rodger, Maria Eisner y Rita Vandivert, fundaron la agencia Magnum, una agencia que se encargaba de hacer fotografía social; de momentos importantes de nuestra historia o foto reivindicativa. A día de hoy la agencia Magnum es la cumbre de muchos fotógrafos conocidos.

Los trabajos para las principales revistas de la época le llevaron por todo el mundo, cruzando Europa y Estados Unidos, yendo a India, Rusia y China. Muchos de los libros de fotografías de Cartier-Bresson fueron publicados en los 50 y 60, siendo el más famoso de ellos “El momento decisivo” en 1952. Una de sus momentos álgidos fue una masiva exhibición de más de 400 obras que recorrió Estados Unidos en 1960.

Como periodista, Henri Cartier-Bresson sentía una intensa necesidad de comunicar lo que pensaba y sentía sobre lo que veía, y aunque sus imágenes a menudo son sutiles, son también extrañamente oscuras. Tenía un alto respeto por la disciplina de la prensa fotográfica, por tener que contar una historia en una única imagen impactante. Su lucha periodística con las realidades de los hombres y sus circunstancias, su sentido de la noticia y la historia, y su creencia en el papel social de la fotografía, todo ello ayudó a hacer memorable su trabajo.

Bresson una vez dijo que un sentido de dignidad humana es una cualidad esencial para cualquier fotoperiodista, y sentía que ninguna imagen, no importa cuán brillante desde el punto de vista técnico sea, no puede tener éxito a menos que surja del amor y de una conciencia de que el hombre se enfrenta a su destino. Muchos de sus retratos captan a la gente como realmente son: de manera relajada y casual, captando la esencia de su personalidad.

Su primer libro contiene una frase que resume su acercamiento a la fotografía y se ha convertido en un credo para la fotografía de desconocidos. El momento decisivo, como Cratier-Bresson define, es “el reconocimiento simultaneo, en una fracción de segundo, del significado de un momento así como la precisa colocación de las formas que dotan a ese momento de expresión”.

Lo mejor de la obra de Henri Cartier-Bresson, con su agudo sentido para calcular el tiempo adecuado, su rigor en la organización de elementos, y su profunda mirada a las emociones y el carácter del individuo, nunca puede ser debido a la suerte si no a la ayuda de un raro talento.

“En fotografía, la más pequeña cosa puede ser un gran tema”, escribió en “El Momento Decisivo”. La mayoría de su fotografía es una colección de detalles humanos; inquietantes imágenes con un universal significado y sugestión. Es una visión anti-romántica que encuentra belleza en las “cosas tal como son”, en la realidad del aquí y ahora.

Todas sus grandes imágenes fueron tomadas por el tipo de equipo poseído por muchos fotógrafos aficionados: una cámara de 35 mm equipada con un objetivo normal de 50mm u ocasionalmente un teleobjetivo para paisajes.

Junto con Dr. Erich Salomon y Alfred Eisenstaedt, fue un pionero en utilizar únicamente la luz ambiente pensando que el utilizar el flash era como si un pescador tirase piedras donde espera encontrar peces.
                     















Cristina Otero

Hola,

hoy os vengo a presentaros una fotográfa que descubrí hace ya algún tiempo, y me parece muy interesante.
Pero para qué os voy a describirla, si ella se ha descrito a si misma (en 3º persona) y es la mejor manera de conocerla:

"Es una fotógrafa española (1995), que actualmente reside en Madrid. Autodidacta, descubrió la fotográfia a los 13 años, y a los 15 años tuvo su primera exposición en la Kir Royal Gallery (Valencia), convirtiéndose en la artista española más joven en exponer individualmente.
Lleva desde los 16 años dando conferencias e impartiendo talleres dentro y fuera de España.

Ha trabajado para importantes marcas y compañias como RENFE, Sigma y Pentax, ATEM, DELASUSS, Turismo de Andalucía y HUAWEI España.
Su obra se encuentra en importantes colecciones en Alemania. EEUU, Canadá, Reino Unido, España y Brasil."

Aquí os dejo su página web: http://cristinaotero.com/ ; y unas cuantas fotos realizadas por ella:











Como podéis ver, sus fotografías son de un gran cuidado, con gran expresividad a través de los ojos, donde todo ha tenido un proceso, el maquillaje, el vestuario, los escenarios, .....; y después la postproducción, que es una parte muy importante en su obra.

viernes, 6 de enero de 2017

Corral de comedias. Almagro.

Hace ya un tiempo visité la ciudad de Almagro, en Ciudad Real (Castilla- La Mancha); donde se encuentra el único corral de comedias de España, que se conserva tal y como era en el siglo XVII.

     


Los corrales de comedia era una forma de teatro público permanente en los siglos XVI y XVII; el lugar de los dramaturgos españoles del Siglo de Oro como Lope de Vega, Tirso de Molina y Pedro Calderón de la Barca.

Antes de la década de 1560 no existía en España el concepto de edificio dedicado a la representación de teatro. Las representaciones se daban, además de en Palacio, en las iglesias y en las plazas y calles de las ciudades, en salones o patios de casas particulares, de algunas posadas, patios de hospitales y en algunos almacenes.

En ocasiones los balcones y las ventanas (ya existentes o abiertos en los muros) de las casas contiguas servían de aposentos reservados para las personas nobles, fueran hombres o mujeres.

El espacio de un corral de comedias puede describirse como un tablado para albergar el escenario dispuesto en el fondo del patio, a cuyos lados se instalaban gradas y galerías, con aposentos reservados para monarcas, familias de la nobleza y otros personajes. Frente al escenario, separado por el patio de piedra del corral, se levantaba la estructura de un modesto hemiciclo con dos niveles; en el superior, denominado la "tertulia", solía instalarse el clero, además del "aposento de Madrid", espacio de los Corregidores o Alcaldes, flanqueado por los aposentos de la galería alta reservados a personajes notables de la ciudad o del Consejo de Castilla. Debajo de la curia municipal, se hallaba la "cazuela" de mujeres y bajo ella, los dos palcos alojeros, instalados en la galería baja, en la zona inmediata al zaguán de entrada al corral, en el porche situado al fondo del patio. Los hombres veían el espectáculo de pie, en el patio y a cielo abierto; al final del cual se reunían los temidos "mosqueteros".

El escenario y las gradas laterales podían estar semiprotegidas por un tejadillo voladizo. Una de las primeras mejoras fue la instalación de un toldo que protegía del sol al público del patio y evitaba que hubiese zonas iluminadas y otras en penumbra, tanto en el tablado como en el patio.



El Corral de Comedias de Almagro es el único que se ha conservado intacto y en activo desde principios del siglo XVII hasta nuestros días.

Fue construido en 1628 por Leonardo de Oviedo a partir de una remodelación del antiguo Mesón del Toro. La reforma consistió en la construcción de un tablado, mientras que en las crujías restantes, donde se ubicaría el público, se imitó el esquema compositivo de la Plaza Mayor.

El patio era utilizado como lugar de acceso al resto de las dependencias que rodeaban su entramado de madera, tanto cuando se utilizó como espacio escénico, como cuando fue mesón. Después, al convertirse en Posada de las Comedias, las diferentes estructuras fueron cubiertas para el mejor aprovechamiento de un espacio que fue segregado horizontalmente por las propiedades colindantes.

En 1954 este Corral fue descubierto y comprado su patio por el Ayuntamiento. Tras sucesivas restauraciones, en la actualidad funciona como teatro y acoge una intensa actividad, además de durante el Festival Internacional de Teatro Clásico, también el resto del año.